Marine Garnier, estudiante investigadora e historiadora envió (en francés) estos datos de sus investigaciones sobre Avelino Escudero Peinado, que mucho le agradecemos :
Aquí van extractos de la entrevista de Rodrigue Pérez de la que le hablé. Sus informaciones están fechadas entre 1993 y 1995. El Sr. Pérez ya murió. Puede encontrar la entrevista original (audio) en el Conservatoire d'Art et d'Histoire d'Annecy, fondo Laurent Segal, CD 10.
El relato del Sr. Pérez está entre comillas, y las preguntas de la persona que le entrevista están en negrilla.
“Con Avelino, fuimos los dos enlaces de la sección Ebro en la meseta (le plateau des Glières). Teníamos un par de esquís cada uno y hacíamos el recado. Nunca nos divertimos tanto en toda nuestra vida.”
Pregunta : ¿ Él [Avelino] hablaba francés también ?
No, precisamente, Richard Andrés y Jorge Navarro vinieron a buscarme para reemplazar a Avelino, quien hasta entonces era el enlace de los maquis españoles antes de que todos subieran a los Glières. Había sido detenido dos veces, a cada vez le traicionaba su acento. Un simpatizante de la Resistencia que trabajaba en la comisaría le había liberado dos veces y le había devuelto a Richard Andrés, su jefe, diciéndole que le reemplazara porque arriesgaba volver a ser detenido. Era demasiado reconocible.”
Más adelante :
« Una anécdota de nieve de nuevo : con Avelino, no parábamos de hacer concursos de esquí él y yo. Entonces, había un pequeño montículo detrás de la barraca, venía a pedir de boca. ¡ Habíamos logrado hacer esquí de tal modo ! Porque yo lo usaba mucho para mis enlaces. Cuando partía del chalet, cogía el par de esquís, porque el par de esquís era solo para nosotros dos. Nadie tenía derecho a tocarlo, siempre tenía que estar libre. Atravesaba toda la meseta con ellos, iba a plantarlos en un rincón, peor cuando volvía, volvía a coger los esquís y volvía con ellos. Esquís de senderismo. Pero por las tardes que teníamos libres… nos lo pasamos bomba. Bueno, no por las tardes, sobre todo por las mañanas, allí, cuando estábamos libres, con el sol que había, lo que gozábamos. Y con la nieve bien, no en polvo, estabilizada, no helada tampoco, sino bastante dura para poder esquiar encima. Pero así es cómo, un buen día, no sé cómo, él [Avelino] se las arregló, se fue por los aires, dio dos volteretas, cayó de cabeza en la nieve, con los dos esquís que eran para el trabajo. Me quedé mirándole, me partía de risa, pero Tom [Morel, jefe del maquis de los Glières] pasa y ¿qué es lo que pasa ? Dice :
- Oid, hay algo que no cuadra. Yo estoy sobre mis esquís, él ha dado dos volteretas por los aires y se ha estrellado ahí.
- ¿ No han visto nada ?
- No, no hemos visto nada.
- Usted ha pasado por el puente.
- ¿ Yo he pasado por el puente ? ¿ Qué puente? ¡ No hay puente ahí !
- ¡ Qué sí, miren el color de la nieve ! Ahí debajo hay un arroyo, por eso él se ha estrellado.
Pero la manera de dar las dos volteretas…un acróbata eso no lo logra, eso es imposible.”
Más adelante también :
P : ¿ Tenían momentos felices ?
RP : ¡ Claro que teníamos momentos felices ! Como por ejemplo cuando nos divertíamos con Avelino haciendo el concurso de esquí…¡chismes así había a montones ! Y sandeces, claro. Como por ejemplo cuando pasabas por la puerta, recibías un cacharro en la jeta, como ocurre en cualquier comunidad, ¡algo corriente !”
Y por fin a propósito de otro español :
“Ése, no sé cómo se las valió, le detuvieron. Siempre igual, los han detenido como a imbéciles. Van a algún sitio para coger un autocar. ¡ Se quedan por la carretera ! Pasan dos policías, eran dos [españoles], bueno, no, eran tres : Avelino estaba con ellos. “Los documentos, señores”. A cien kilómetros se veía que eran españoles. Y claro, los demás, presentaban los documentos, pero los documentos eran españoles. “Vamos, no armen líos, a la gendarmería”. Bueno, vale, vamos a la gendarmería. Y el jovencito, Avelino, dice :
- ¿ No nos ponen esposas ?
- No, pero me espero que vendréis con nosotros hasta la gendarmería.
- Yo le advierto de que no voy a la gendarmería.
Esto me lo contó él [Avelino]. Al llegar a Chavoire, empujó a uno con su bici, porque entonces todos iban en bici ; empujó a uno con su bici, lo hizo volcar. Pero el otro, como tenía el cacharro cerrado, solo abrirlo, sacar la pistola y todo, el otro ya hacía un momento que estaba detrás de la peña, allá. Pasó la peña de Chavoire, llegó donde estábamos, caían gotas así, porque no debió de pararse en camino y entonces nos contó que los dos otros habían sido detenidos. El policía vuelve, los dos otros españoles se habían quedado al lado de la bici. Sin esposas ni nada. Se habían quedado los dos al lado de la bici, el policía los miró y les dijo “Ah, sí que sois imbéciles los dos”. Eso me ha sido contado por paisanos de Chavoire. Hay uno además, era un buen amigo, me dijo “Pero yo te lo juro, pensé, ¡ van a aprovechar para irse ! Se han quedado al lado de la bici, han esperado. “Bueno, pues puesto que quieren que vayamos, vamos.” Pero mi amigo, Avelino, entonces fue su día de gloria. Dijo “Rediós, cómo les saqué burla»- pero hablando en castellano, claro – cómo les saqué burla, creo que me voy a acordar mucho tiempo”. Y después fue fusilado en Thorens por los milicianos. Entonces, aquel chico, de nuevo…son detalles que me vuelven discutiendo, eso. Había visto a una persona que predice el porvenir. Fue a ver a esa persona, quien le dijo : “ Usted morirá con los zapatos puestos”. Dondequiera que nos parásemos, en cuanto nos sentábamos en el suelo, se descalzaba. Pues de todos modos murió calzado. Así, digámoslo. Y sin embargo, sí que se los quitó a veces los zapatos. Cuántas veces le tomamos el pelo con eso. Si se piensa, las videntes, no son del todo tontas.”
Por fin, el testimonio de Fernando García, quien cuenta cómo murieron los españoles matados en Thorens por la milicia (no lo vio con sus propios ojos, cuenta la escena cómo se la han contado.) La entrevista fue hecha en francés y la transcribí palabra por palabra, por eso las frases tienen a veces una sintaxis algo coloquial.
“A todos los españoles a los que cogieron, los mataron.
Bueno, no nos cogieron a muchos, nos cogieron a seis. De 56, 6 muertos. Algunos salvajemente, porque los cogieron, se los llevaron a Thorens, la milicia, después de la batalla, los metieron. Precisamente fueron los dos que estaban en [???], con de Griffolet [un jefe del maquis matado durante la bajada de la meseta]. Los …cogieron, no hubo tiempo de ocuparse del que estaba muerto. Pasaron por ahí, los cogieron, se los llevaron al hotel del Comercio en Thorens. Los sacaron un día, dos milicianos, y empezaron a disparar, pero no murieron. Los individuos se escaparon, sabe, cuando sientes que la muerte está ahí lo intentas todo. Los persiguieron y los mataron salvajemente. Uno aún no estaba muerto porque…oh, estaba a dos metros [?], no era más, era asturiano, de Asturias…Un machote de hombre, Victoriano. Pero no sé, era …impotente, se [sentaba] en todas partes, seguía intentando escapar, y hubo uno de los guardias que lo remató allí. Dijo a sus hombres : “No lo hagan así, remátenlos y acábenlos de una vez. Sufre demasiado, este hombre”. Así fue.”
También le envío un documento firmado por un jefe de la Resistencia, Louis Morel, que atestigua la muerte de 4 españoles de los Glières (documento que se puede encontrar en el Service historique de la Défense, en Vincennes, carton GR 13 P 123). El documento menciona también a Victoriano Ursúa Salcedo, probablemente asesinado al lado de Avelino.
Traducción al castellano : Rose-Marie Serrano (París 19-04-2020)